domingo, 16 de marzo de 2014

Algunas reflexiones...

Hoy quiero contarles un poco de mis emociones al ver una película muy entretenida que me prestó un gran amigo que sabe de mi pasión por la cocina y mis blogs.  Julie & Julia, es una película estrenada en el año 2009 y que de alguna manera me mostró frente a un espejo mucho de lo que soy. Se trata de dos mujeres de diferentes épocas cuyas historias se ponen en común en la cocina y su afán por dar a conocer esa magia que sucede cuando la creatividad se pone al máximo y cuando basta con unos buenos alimentos, ollas y una estufa para hacer las más maravillosas recetas.
Algo que me llamó muchísimo la atención fue el hecho de querer publicar todo eso que sabían hacer, y es algo que, como ya les había contado en la bienvenida, desde hace varios años quería hacer: publicar. Tal vez no sucedió en papel impreso, o quién sabe, quizá en algún afortunado momento se me de, por ahora y contando con esta experiencia bloggera puedo mostrar - a quién sabe quién que me lea- muchas de esas creaciones que suceden en la intimidad de mi casa.
Ya en mucho tiempo las personas que me rodean han reconocido en mi esa habilidad para transformar sabores y poder deleitar el paladar. Sin embargo mis pretensiones ahora van más allá, quiero llegar a un público más amplio, tal vez usted desconocido o conocido, pueda darse cuenta también de lo que se puede hacer con una dosis de creatividad y amor.
Es necesario explorar esa llama interior de la pasión a la hora de conseguir el éxito con un plato que
se prepare, de eso estoy absolutamente segura, porque al llegar a mi cocina y comenzar por pensar qué quiero probar, qué quiero ver, qué quiero cocinar, fluye desde dentro de mi una energía tan poderosa, que simplemente las ideas surgen; y en este sentido es necesario confesar mi gran dificultad por cuantificar y calcular las medidas de lo que hago para poderlo compartir aquí.
Desde mi forma de preparar los alimentos, muy difícilmente me topo con medidas como la cucharada sopera, la taza, la media taza, la onza, la cucharadita, etc. Desde mi perspectiva interior esas medidas fluyen en la medida que pruebo, mezclo y experimento.  En este sentido creo que tengo la habilidad de intuir cómo hacerlo y con qué cantidades sin acudir a medidas exactas.  Por supuesto, entiendo bien que tal vez seas una de esas personas que se inicia en el arte de cocinar,  o eres de aquellas que lo hace por deber y convicción de saber que la comida en la calle es una perversión para nuestro cuerpo, o tal vez, eres un cocinero esporádico que de vez en cuando se quiere sorprender con un buen plato en la mesa.  Sea cual sea tu condición, en la medida que se desee hacerlo, debemos afinar la intuición, creer en nuestra capacidad para decidir sobre nuestros ingredientes sin el límite rígido o estricto de una medida específica. En lo personal creo que allí está mucho del éxito porque es cuando dejas la firma o el sello en lo que haces, es allí donde sabe a tu magia y no a la de una receta cualquiera, es tú receta.
A pesar de que aquí publico mis recetas con medidas, siempre dejo clara la libertad para atreverse a probar y ensayar, qué podría pasar? pues que termines en posición de cuclillas en el suelo de tu cocina con algunas lágrimas de frustración saliendo de tus ojos.  Y lo sé porque en ocasiones lo he sentido y vivido, a veces los ensayos que hago no tienen éxito, es más el fracaso es algo que debemos esperar cuando estamos haciendo arte culinario, y por tanto, debemos ponernos de nuevo de pie y volver a comenzar. Tal y como Julie Powell (personaje real de la película en mención) hizo al momento de fracasar con varias recetas, por ejemplo me pasó que hace algunos días en que mi sensibilidad estaba desbordada, intenté preparar unas deliciosas lumpias y fracasé, ninguna salió bien, por supuesto terminé de rodillas en el suelo untada de harina y huevo, con un cucharón en mi mano, y llorando como una pequeña niña de 5 años a la que se le daño su juguete preferido, pero después de las lágrimas llegó la calma y días después nuevamente probé la receta y se hizo la magia, las lumpias quedaron deliciosas, es decir,  llegó la recompensa!
Cómo te ha pasado a tí? has fracasado? yo lloro y tu?....

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